jueves, 11 de agosto de 2016

Juan Luis Panero: 2 Poemas





Juan Luis Panero (1942-2013)



















Constantinopla. Año 1453


Olor acre de axilas depiladas, de perfume pasado de rosas,
de estiércol pisoteado de caballos.

Sé, me lo han contado, que las murallas de la ciudad ya no
pueden resistir al infiel. Todas las defensas han fracasado.

El pobre emperador, nuestro bien amado Constantino XI,
intenta inútilmente salvar la ciudad de su nombre, pactar
con el enemigo, firmar desesperados tratados de paz. Pero
todo, lo sé, es completamente inútil.

Escucho griterío de mujeres, carreras enloquecidas, golpes
de puertas, aullidos de la soldadesca, mandobles y agonías,
eructos de borrachos.

Aún podría escapar, ocultarme en el húmedo sótano
disimulado, como aquella otra vez. Pero ahora todo
está perdido. Sé bien que esto es el fin.

Salgo a la calle, maldiciones, estruendo sollozos, humo
pestilente.

En la hoja, con gotas de sangre, de un alfanje afilado, miro,
tercamente, por última vez, el rostro de este pobre pecador
abandonado.



El poeta y la muerte


                                                                         Y aunque la vida murió,
                                                                          nos dejo harto consuelo
                                                                          su memoria.
                                                                                                      Jorge Manrique


Si como afirma Borges todos los hombres
son el mismo hombre, aurora y agonía,
y poco importan sus nombres y sus rasgos,
yo quisiera —olvidando la anécdota banal de mi destino—
buscar en otro rostro a ese único hombre,
otra sombra, otro sueño mejor, igualmente perdido.

Un caballero dispone sus armas,
sus escuderos ajustan la armadura,
se coloca el yelmo, sujeta con firmeza el escudo,
la luz de la mañana es un reflejo metálico del sol,
el tiempo se ha detenido en las gualdrapas del caballo.
Todo esto ocurre en 1479 y aún sigue ocurriendo
frente a las almenas del castillo de Garci-Muñoz.
El caballero blande su espada
en defensa de su lealtad y su reina,
aún no sabe que su destino termina allí,
en el campo de Calatrava, que no verá otro día.
Entre rasgar de flechas y cascos de caballos,
oliendo a tierra seca y sangre sucia,
quizá recuerde el nombre de Guiomar de Castañeda
y piense, con justicia o con odio, en su enemigo,
el marqués de Villena que le aguarda.
Estruendo de hierro, crujido de huesos, carne desgarrada,
las huestes innumerables, pendones y estandartes y banderas,
los castillos impunables, los muros, baluartes y barreras.
Ha caído la noche sobre el campo arrasado,
la mano que sujetó una lanza, una pluma, un cuerpo de mujer,
está quieta, su mundo se ha borrado,
mientras se escuchan maldiciones y lamentos.
Ahora la muerte le atierra y le deshace.
Si todos los hombres somos el mismo,
elijo, pues es igual uno que otro,
aquel rostro en un campo de batalla,
la máscara del último rictus de su agonía,
el eco de sus palabras que aún se escucha,
un reflejo más digno de la tierra y la nada.


Juan Luis Panero (Madrid, 1942- Gerona, 2013) Poeta. En 1997, Tusquets publico su Poesía Completa 1968-1996.