jueves, 21 de abril de 2011

Víctor Toledo: Retrato de mi madre con meningioma.

Víctor Toledo
















 RETRATO DE MI MADRE CON MENINGIOMA
        
(((( Me dijo Rodrigo Rojas, neurofisiólogo expatriado ((mientras su padre
Gonzalo Rojas hablaba del silabeo angustiante de la A: asma, angustia, Angst
(Auténtica aspiración, inspiración, las piedras expiran las nubes
espiran el mundo respiran el cosmos))): 
“sólo tumores malignos resultan de alteraciones sicosomáticas”.
(No estuve de acuerdo) el meningioma
(álter ego del sueño de mi madre       alteridad rosácea       nube de piedra
caracola sin mares náufragos     sin fragatas sirgando voces fragantes
sirenadas       hilaridad de risas óseas
de neuronas) lo provocó su sufrimiento, un neuroma
aspiración moral profunda -aroma del no- que estrelló un gigantesco meteorito
contra la pulida vidriera de su sacralidad
entraba arrasando el mundo la noche con su caos, el intimor, el tornillo sin fin
sin centro ni sentido.
El sufrimiento físico, rizófago profundamente vacío, el sueño mentía,
no dormía (por trabajar) la noche desplegaba una expansiva loza
crecía como tumor indoloro en su cerebro agudo y estrellado
El neurocirujano, sonámbulo amante de la Cábala, Fausto A.
Otra vez la angustia de la A-
decía “el origen de esta indetenible crecida celular no tiene explicación”
((di que es mar de neuronas sin dique que se fosiliza para seguir creciendo
salto de puma es el oleaje, alto de espuma, lava blanca lavada y fría.
Calderón que se detiene (sin detenerse)
para seguir su avance (de punto puente)
justo entre la entropía y su caldera opuesta: espesos trópicos del aire))
Y Rodrigo: “no es peligroso si se detecta a tiempo”
Mas el  nocturno tumor rotundo de la moritur medicina del estado tardó años
para oír al doctor en letras: tenía algo en la cabeza devorando su personalidad
Vampiro-gorgona que atacaba a la Duramadre, seducía a mi Piamadre
y reventaba las tornasoladas sedas de Aracnoides
posesión más del alma que del cuerpo
no era solo el rizoma que crecía, era lo enraizado a nuestras fallas.
Doctor Fausto conectó los filamentos de la pestilente institución con la raíz
para hundir su trabajo, el corte  rizo del soma.
Terapia intensiva, infarto cerebral  (se ahoga el español: renace entre la nube
rosa el didxazá) aporisma lingual  (deletrea deleitosas letras deletéreas
etéreas heteras) oscura explosión brillante
en algún punto de la galaxia.
((Coma,        pausa de sintaxis cósmica, oración particular (participio)
disolviéndose        -sol del Yo viéndose, comiéndose, lloviéndose-
(reflexivo        diluvio diluyéndose)
en la cláusula genérica del infinito, en su parte del precipicio)).
La noche se rompió: una cascada con el limo de todas sus estrellas
cáscara de algas -su verdad- se  reventó.
Madre ya no tenía sentido para ti la vida, sin centro.
El caos con el vértigo de su cerrada noche entraba por la ventana del brillo de tus iris 
viento que brotaba (manantial limpio de luz) de la última rotación de la tierra

cuando aún briznaba el destello de la mirada de dios.
Débil llama de la esperanza, te apagó de un coletazo el dragón de la corriente marina
último sentido que se sostenía en el verdeante borde de sus ojos.
Tus hijos peleaban entre sí, botellas de mar rotas sus contradicciones,
te dejaron sola en la casa abandonada ((ocupada por sombras
(visitas lacónicas, lejanas) respiraba preocupada,
por las esporas de sus hongos, por el pasillo angosto
 el pulso escandaloso de tu piedra))
con su frío retenía los gases que tu cerebro no podía controlar
escapaban y le daban repulsión al asco, olías a flor podrida, y el pulsar
de la estrella se doblaba, en pliegues oscuros amarillos
esto te avergonzaba, angustiaba, “angst, angst”  -tosías nerviosa-
pero ninguno regaló ternura para tu abundante calvicie de sesos
ni encendía tu color
con oxígeno sedoso
((para prender tu día en las etéreas cuerdas áureas del código genético
(punto de oro del ojo de la Nada, infinito palíndromo
aeródromo de Moebius) de la luz del humo (palimpsesto)
de tu  incendiada noche -empalizada de incestos: ingentes lagos andantes indigentes logos alegres de memoria, sinapsis sin lugre que morían
un pájaro diciendo me moría, un sátiro cantando su amoría))      
ni sostenía tu aliento
reventar tu íntimo temor, el ancestral tumor del miedo:
tu obsesivo amor interno a la muerte (apoplejía de la luz, tierno maná).
Era sencillo pero no los enseñaste, siempre trabajando 
odiaron las faenas, las orillas irregulares de las genuflexiones
y extrañaron doblemente el paraíso (en la arista del recuerdo
el sílice del viento zampoña su armonía con un vilano largo y seco).
¿Tiene sentido escribir después de esto?
De nadie cayó una gota dulce - hubiera detenido el mar eterno de lo informe
(( la piedra de la locura multiplica alegremente (reflejando el menor acre
de olor, espacio y movimiento) la obsena  cópula de la Creación
piedra calcárea  (espeso espejo       calca el área de  la Infinita Nada ))).
¿Escribir?  Calaca cálida.  ¿Veneno hinchado       curar nostálgicas neurosis
cobra(r)  al día su cobardía?
Pero no puedo detener la mano que se mueve acariciando tu tumor, hoja blanca
que crece geométrica, desplegándose sin control.
Te torturamos, dejamos sola, y cómo te queríamos.
Nuestro ser ((sintaxista sin auto verbal (sólo sentido del sin sentido))) no es cósmico, no es humano, sin carne trashuma, no tiene templo del tiempo
es rizomático cristal, amorfo morfema (Morfeo sin amor: Paréntesis vacío
del  Meningioma que fosiliza porosamente   el Vacío).
Tiró diez dados la Sincronicidad (la nada es el dedo de Dios)
un día de abril  -medio día (se adelantó furiosamente el verano), madrugada
(cuatro bajo cero, noche oscura del alma,  catástrofe del clima)
al quemarse (a qué amarse) la casa de cartón de la muchacha que te cuidaba
 -mientras corría
para encontrar a sus hijos- se fulminaba tu cerebro:
con el esperma viscoso y helado de la muerte:  meningitis.
Viciosas y aladas las meninges, antientrópicas falanges , las mininas meninas
los reumas, los neumas, las mínimas vendas protectoras contra el caos
terminaron por ceder su resistencia y entró el terror de lleno, el  Abandono
el hilo negro (gordo gusano rojo saliendo amarillento de tu boca
agua espesa que al fin tomó color) de tu soledad.
Al quemarse (amarse para qué) el cubo de cartón corrugado bajo del horizonte
Arrastra el terror (avalancha cósmica de tierra) y cada tarde vuelve su voz
“la puerta de la noche estaba abierta” -dice-, el miedo no perdona
enciende la pira más alta del insomnio -estrella la luz-
yo a quién con facilidad la nao del ser la nausea, rapta, y me aleja de ti
me deprimía, me arqueabas debilitando mi entusiasmo
que sólo ilusión se sabe para pasar la vida
alegoreaba en mi apetito, algoritmos de baba, alejabas mi alegría
(asqueada), se gastaba el dinero destinado a viajes y  libros
en cajas vacías de medicinas, pero te aferraba a la llama
(zalamera salamandra -sale de la sala de la sal oxidada) del oxígeno.
((Me angustia decir amé (amor, asma del espíritu, balbuceo del alma, buceo
de alvéolos en el  aire)), todo esto son solo las negras palabras, velos de olas
en el alba, que no pudieron salir de mis ojos cuando llegó la Presencia
de la Nada.
Gonzalo Rojas habla con entusiasmo de sus dificultades para respirar la A
((nada: No y A de angustia) (y D angosta de dios))  y yo
no lo puedo seguir con atención (converso con su hijo)  pues oigo cómo
la piedra precisa de la Araña estrella el aire, meninge transparente ))))

 

 

Víctor Toledo (Córdoba, Veracruz, México, 1957) Poeta, traductor, investigador,   

docente y doctor en filología rusa por la Universidad Lomonosov de Moscú.  

 Ha publicado en poesía. Poemas del  Didxazá  (ilustraciones de Francisco Toledo, 

epílogo de Andrés Henestrosa. 1985); Gusilayú: La Casa, 1989; La casa de la nube

1996; La zorra azul, 1996; Del mínimo infinito (poemas 1977-1998),1998; Retrato

de familia con algunas hojas (Antología Mítica); 1999; Abla o nadA, 2002;  

 (D)elfos, 2005 y Ronda de hadas en la noche de San Juan, Nueva York, 2007. 

En ensayo, traducción e investigación: Las ideas estéticas de Barís Pasternak y

su época, Moscú, 1992; El águila en las venas (Neruda en México, México en Neruda), 

1994 y 2005; A la memoria del demonio, Itinerario de poesía rusa, 1999;  

Borís Pasternak, Poemas, 1999; Poética mexicana contemporánea, 2000;

Tres poetas rusos (Pushkin, Pasternak, Brodsky), 2000; La mariposa en la 

estrella, Pushkin, Mandelshtam, Pasternak, Brodsky, Buenos Aires, Argentina, 

2001; Piedra, Tristia y otros poemas, Osip Mandelshtam,  2005; Autor de:

Poética de la Sincronicidad. La lengua de Adán y Eva, 2006; EL Retorno órfico. 

Aportaciones al análisis métrico-musical , 2008; La Mariposa En La Estrella. 

 Recuento de poesía rusa. Ensayos y traducciones,2008; Des-varios. 

Ensayos de un diario Cultural , 2009.

Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven. INBA, 1983, es becario en poesía 
del Centro Mexicano de Escritores, de Bellas Artees y del CONCULTA, es miembro
del Sistema Nacional  de Investigadores. En 2001 fue nombrado Veracruzano 
Distinguido por el estado de Veracruz y en 2004 el gobierno de Chile le otorgó
la Medalla de Honor Presidencial Pablo Neruda.